Los hábitos que tenemos determinan la forma en que somos, ya lo dijo Aristóteles, somos lo que hacemos repetidamente; y para ser honestos tenemos que aceptar que todos tenemos por lo menos un mal hábito que nos gustaría quitarnos, comer mal, beber demasiado, postergar todo, mucho tiempo en redes sociales, fumar, no delegar, gastar mucho dinero… y así la lista es prácticamente interminable ya que todas las personas tenemos malas prácticas.
El problema es que muchas veces no queremos aceptar que estos malos hábitos son el principal motivo por el que fallamos, sobretodo en nuestros emprendimientos; llevamos años tratando de hacer nuestra idea exitosa y siempre terminamos mal, frustrados, endeudados y en el mismo lugar en el que empezamos, sólo con una buena idea.
Ser emprendedor también significa retarte a ti mismo, no sólo debes buscar ser excelente en tu negocio, también tienes que encontrar el equilibrio en ser exitoso en todo y eso requiere que dejes de lado algunos hábitos que parecerán inofensivos, pero en realidad te están sirviendo únicamente de ancla, ya que atacan tu salud mental y física.
James Clear, es un emprendedor que ha dedicado parte de su carrera en enseñar cómo reemplazar los malos hábitos por otros que te hagan ser exitoso, para él, la mejor forma de cambiar el mundo es en círculos concéntricos: partir contigo mismo y seguir el camino desde ahí. Si logras poner tu vida en orden, entonces es una persona menos que necesita cambiar en el mundo, te conviertes en alguien que suma y no solo consume.
¿Qué hábitos te están frenando?
Existen circunstancias en nuestra vida que ya se han hecho una costumbre, crecimos con ciertas ideas, que hemos ido desarrollando a lo largo de nuestra vida; todas esas actitudes positivas y negativas, al igual que los hábitos, impactan todos los ámbitos en los que nos desarrollamos, y aunque no lo creas repercuten grandemente en tu emprendimiento; es momento de analizar que «rutinas» o «costumbres» que tienes te están impidiendo desarrollar todo tu potencial.
Te enfocas demasiado en el pasado
Haz intentado ser tu propio jefe y tener tu empresa mil y una vez, empiezas bien y a la mitad del camino todo se viene abajo; la próxima vez que te convences de intentarlo ya vas predeterminado a encontrar el momento en el que empezarás a fallar.
Estar enfocados en lo que sucedió, nos quita el enfoque de lo que está sucediendo y puede suceder, y nos provoca que sigamos caminando sobre el mismo patrón, porque no nos damos la oportunidad de ver las cosas en otra perspectiva, no nos permitimos hacer mejoras y nos condenamos a cometer los mismos errores una y otra vez.
Tus experiencias pasadas no te limitan, no siempre eres tan exitoso como tu último proyecto, a veces aprender de una mala experiencia te da las herramientas para triunfar en la próxima prueba, no puedes pasar por la vida haciendo lo mismo y esperando resultados diferentes, esto te quita el poder de cambiar, no es el pasado el que te impide avanzar y triunfar, eres tú.
Pones excusas para todo
Uno de los peores hábitos que podemos tener los seres humanos es excusarnos por todo; poner excusas es realmente culpar a alguien más por tus responsabilidades, sobretodo cuando tiene que ver con tu desempeño. Si las cosas en el negocio no están saliendo bien, es culpa de tus trabajadores, es culpa de tus socios, de los proveedores, de los clientes, del gobierno y así la lista es interminable, y realmente debes analizar en que puedes mejorar tú, antes de ver en que están fallando los demás.
Presentarte a tus clientes con excusas te hace ver poco profesional y les hará pensar que no tienes el control sobre tu empresa, adueñarte de tus responsabilidades y ser consiente de las consecuencias de tus actos, hará que realmente aprendas y no vuelvas a cometer los mismos errores.
Confundir el estar demasiado ocupado con ser productivo
Muchas personas tienen la idea que salir siempre tarde de la oficina, trabajar hasta la madrugada, no descansar los fines de semana, no tener tiempo para tu familia y amigos, etc., van de la mano de ser exitoso y la verdad es que todo lo contrario.
Sí, ser tu propio jefe requiere más trabajo que los demás, todo tu tiempo y toda tu energía, pero cuando un negocio está siendo exitoso, esto debería de permitirte encontrar un balance con tu vida personal. No deberías medir tu nivel de productividad o éxito con la cantidad de tareas que tengas, si no de que todas las actividades que realices estén hechas con excelencia.
Trata de ser inteligente con las tareas que haces, no se trata de trabajar más duro, si no de trabajar mejor, de manera inteligente con metas y objetivos claros. Lo cierto es que puedes llenar tus días y hasta los fines de semana con pendientes de hacer, pero debes reflexionar si realmente estás siendo productivo o no.
Pierdes demasiado el tiempo y el dinero
Tienes agenda llena y aún así pierdes horas de tu día en Internet, viendo redes sociales, te levantas más tarde de lo que deberías, y se te va todo el día sin completar una sola tarea. Es normal que hayan días en los que ya no puedes más y te des ciertos descansos, pero para poder sacarle el mejor provecho a tus horas de trabajo debes ser estricto, trabaja durante menos tiempo pero en mejor calidad.
Otro factor que es perjudicial para tu negocio son los vicios, desperdiciar los recursos de tu empresa en beber, fumar, gastar demasiado crea un círculo del que te será difícil salir; no es sorpresa para nadie que muchos emprendedores exitosos han perdido sus empresas a causa de estos malos hábitos; en realidad se trata de que establezcas prioridades, que te permitas y te creas que puedes lograr hacer grandes cosas, no te quedes siendo del montón, no te conformes con hacer lo que los demás hacen, si quieres un resultado distinto.
Eres indeciso
El ser indeciso tiene mucho que ver con la confianza que tengas en ti y en tu trabajo, no dudes de tus capacidades y habilidades, nadie más que tú puede medir realmente la calidad de tu trabajo; si eres indeciso por el miedo de cometer errores, pues te tengo una mala noticia, los vas a cometer igual, pero lo importante es la actitud que tomes para asumir esos errores y aprender, no tomando decisiones y no siendo responsable de tus acciones, solo te mostrarás con falta de fe ante tus colaboradores, no podrás hacer que tu equipo se ponga la camiseta, ni venderle tu negocio a tus clientes, si tu no crees ciegamente en tu proyecto y en lo que puedes hacer.
¿Cómo cambiar los malos hábitos que te impiden triunfar?
1. Analizar la causa
Muchos de tus malos hábitos son generados por el estrés, aburrimiento o poca autoestima. La mayor parte del tiempo tomas ciertas actitudes en respuesta a estos factores. Algo que influye mucho es tu círculo de personas cercanas, aunque no lo creas, los malos hábitos de tus allegados tienen injerencia en las decisiones que tomas, si estás rodeado de gente tóxica y mediocre, te será aún más difícil salir de los malos hábitos. Rodearte de emprendedores exitosos, con buenos hábitos empresariales y personales cambiará tu perspectiva, por lo que debes analizar si las personas que te rodean le suman a tu vida o sólo te están robando energía.
Toma en cuenta que muchas veces hay situaciones que dejamos que formen nuestra vida y no necesariamente tiene que ser así, analiza que evento de tu vida o circunstancia te ha creado ese mal hábito que no te permite dar el siguiente paso. Tus hábitos hacen tu éxito más fácil o más difícil.
2. Reemplaza
Muchas veces nuestros malos hábitos son cosas fáciles de cambiar y que otros ni siquiera pueden considerar como malas actitudes, lo que tienes que pensar es que siempre que te toque decidir, elijas el bien mayor, siempre cambia lo bueno, por lo mejor y luego por lo excelente.
Los malos hábitos te dan cierta comodidad que te genera cierta dependencia, para poder eliminar un mal hábito en tu vida, debes reemplazarlo con algo más (algo mejor) que te genere un beneficio real.
Por ejemplo, si tienes el mal hábito de dejar todo para última hora, cambia ese hábito por hacer todo con anticipación, si logras romper ese círculo, te encontrarás con que tienes tiempo que puedes aprovechar para dedicarte a ti y a tu familia, sin sacrificar tu trabajo y sobretodo realizando tus tareas con mejor calidad y menos prisa.
Si realmente haces una auto evaluación de todos aquellos hábitos y actitudes que pueden estar actuando en tu contra, encontrarás que las razones de tus fracasos no siempre son externas y que siempre hay un margen para mejorar. Romper malos hábitos toma tiempo y esfuerzo, pero si realmente estás trabajando por tu pasión, encontrarás la fuerza para adquirir hábitos que te hagan potenciar tu éxito.